Polituara , un pueblo deshabitado situado en el Valle de Tena , en la comarca del Alto Gállego , es un lugar lleno de historia y encanto. Su ubicación estratégica junto al Camino Real , que conectaba Jaca con Francia y el Balneario de Panticosa , lo convirtió en un punto clave para el paso de mercancías, viajeros y ganado. Aunque hoy en día sus ruinas evocan un pasado olvidado, Polituara está viviendo un resurgimiento gracias al esfuerzo de descendientes de antiguos habitantes que trabajan para preservar su patrimonio.
Historia de Polituara y su Importancia Estratégica
Polituara fue, durante siglos, un enclave estratégico en la ruta hacia Francia. Su ubicación junto al Camino Real lo convirtió en un paso obligado para quienes transitaban hacia el país vecino. Con el tiempo, se convirtió en un lugar de comercio y servicios para el Valle de Tena. Durante el siglo XX, a pesar de contar con solo seis casas, Polituara tenía comercios de ultramarinos, una panadería, herrería, zapatero, losero y una parada de autobuses. Este dinamismo contrastaba con el aislamiento y la dureza de la vida rural en el Pirineo.
Sin embargo, en las décadas de 1960 y 1970, la construcción del embalse de Búbal marcó el inicio del abandono del pueblo. El embalse, situado a menos de un kilómetro de Polituara, inundó pastos y provocó la reubicación de la carretera que pasaba junto al río Gállego. Esto, sumado a la expropiación de las casas, llevó a su despoblación, al igual que ocurrió con Búbal, Saqués y la Casa de Lartosa .
La Iglesia de Nuestra Señora de Polituara y su Restauración
El nombre de Polituara, derivado del término latino «pulire» (limpio, resplandeciente), refleja la belleza de su entorno y su legado histórico. Uno de los símbolos más destacados del pueblo es la iglesia de Nuestra Señora de Polituara , que data del siglo XVII o XVIII, aunque sus orígenes se remontan a una ermita románica que servía de refugio para peregrinos. Con el paso de los años, el edificio sufrió incendios, expolio y abandono.
En 2012, la propiedad de Polituara fue revertida al grupo familiar Búbal SL , que emprendió la restauración de la iglesia con el objetivo de devolverle su antiguo esplendor. La obra, llevada a cabo por Construcciones A-2 bajo la dirección de Juan Miguel Arruego , duró más de siete años y culminó con la reapertura del templo el 22 de agosto, en una misa oficiada por el obispo de Jaca , Julián Ruiz Martorell .
La restauración se realizó con un gran respeto por la estructura original. Se recuperó el suelo, se añadió una nueva portalada con un crismón de seis palos , y se restauró la bóveda de media naranja, así como otros elementos significativos. El párroco Ricardo Mur destacó la importancia de mantener viva la historia del lugar, mientras que el último sacerdote en ejercer en la iglesia, José Antonio Bonet , expresó su emoción al regresar después de 50 años.
Un Centro de Memoria y Reunión para el Valle
El grupo familiar Búbal SL tiene el objetivo de que Polituara vuelva a ser un centro de reunión para la gente del Valle de Tena, aunque sea difícil recuperar la actividad comercial del pasado debido a la falta de una carretera principal. La iglesia, que una vez albergó un gran retablo y cinco altares, es ahora un símbolo de resiliencia y memoria. Durante la restauración, se bendijo una réplica de la imagen mariana original, realizada en madera por Artes Martínez SL .
Visitar Polituara: Historia y Naturaleza en el Valle de Tena
Hoy, Polituara es un lugar que invita a la reflexión y al descubrimiento . Sus ruinas, situadas en un entorno natural privilegiado, ofrecen un recorrido por el pasado de las comunidades rurales del Pirineo. El puente tibetano de Milano , situado aguas abajo del pueblo, es otro testimonio de la historia de la zona, aunque actualmente se encuentra hundido, con solo los estribos y el arranque del arco visibles.
El acceso a Polituara se realiza a través de senderos que parten de Broto , lo que convierte la visita en una experiencia de contacto con la naturaleza y la historia. Además, la página web https://www.polituara.es/ documenta el proceso de rehabilitación de la iglesia, la historia del comercio Ramón Acín y los trabajos de restauración de edificios como la panadería y la cuadra de Casa Royo.
Polituara , situada en el corazón del Valle de Tena , es un ejemplo de la resiliencia y el esfuerzo por mantener viva la memoria de los pueblos del Pirineo aragonés . Desde su abandono tras la construcción del embalse de Búbal hasta su reciente resurgimiento gracias al grupo familiar Búbal SL, Polituara sigue siendo un símbolo de la historia, la hospitalidad y la vida en el Camino Real. Visitar este pueblo es una oportunidad para reflexionar sobre el paso del tiempo y disfrutar de la belleza natural del Valle de Tena.